Tímido optimismo en 2020 tras el peor desempeño económico en una década

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2019 pasa los anales económicos como el año de peor desempeño de la década que acabamos de cerrar y como el tercero peor de los últimos 20, tras los nefastos 2001 y 2009. Comenzó con buenas previsiones, que apuntaban a un crecimiento mundial del 3,5% o incluso superior. Pero estas empeoraron según avanzaron los meses, en paralelo a amenazas e imposiciones tarifarias en las que EEUU y China, sobre todo, pero también la Unión Europea, fueron los protagonistas. A ello se unieron las incertidumbres en torno al abandono por parte de Reino Unido del club de los aún 28.

Tal y como recogemos el reciente Boletín de Coyuntura Económica FOCUS de Atlax 360, hoy todo parece señalar que el año se ha cerrado sin llegar siquiera a un 3% de avance. El Banco Mundial, de hecho, estima que el crecimiento en 2019 fue del 2,4% y pronostica un 2,5% para este 2020, dos décimas por debajo de la cifra que ofreció en junio.

2019 ha estado marcado por las incertidumbres en muchos frentes, sobre todo la guerra arancelaria entre EEUU y China y su impacto en el comercio mundial. El Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que las pérdidas para la economía global generadas por esa contienda ascenderán a 700.000 millones de dólares hasta 2020, el 0,8% del PIB mundial. Pero también han perjudicado el avance de la economía mundial la subida de tipos que hizo en 2018 la Reserva Federal y su impacto en economías emergentes, los problemas del sector del automóvil europeo y el Brexit, al que apuntábamos más arriba.

Las incertidumbres continúan al comenzar 2020, aunque el hecho de que la recta final de 2019 fuera más positiva que los meses previos permite un ligero optimismo sobre lo que será el desempeño de la economía mundial en este año en el que inauguramos década, reduciéndose las probabilidades otorgadas a una posible recesión.

Uno de los factores que ha influido ha sido la distensión entre EEUU y China, que ha conducido a la firma de la primera fase del acuerdo comercial y ha conllevado gestos de buena voluntad por parte de Washington, como la decisión de retirar al gigante asiático la denominación de “manipulador de divisas”. El tiempo ha demostrado que la imprevisibilidad es una de las características del presidente Donald Trump, pero pese a ello, el acuerdo entre su país y China hace esperar un cierto retroceso de las subidas arancelarias establecidas hasta la fecha, al menos hasta las elecciones presidenciales que tendrán lugar en noviembre. Ello puede servir para revitalizar el comercio, ayudando a unas cadenas de valor muy dañadas, y para animar inversiones postergadas debido al panorama comercial que hemos visto en 2019.

Otro de los factores que animan a cierto optimismo es la ausencia, según parece, de más bajadas de tipos de interés en las agendas de la Reserva Federal y del Banco Central Europeo. Además, en la recta final del año, los principales índices delos mercados bursátiles aumentaron al compás de la distensión entre EEUU y China.

Las previsiones de Atlax 360 apuntan a una mejora de los datos de crecimiento mundial en este primer semestre de 2020 como consecuencia del efecto riqueza – alentado por las subidas de los mercados y unido al cambio de tono de las expectativas – y del impacto real que esperamos, aunque con retardo, de la bajada generalizada de los tipos de interés que tuvo lugar en 2019.

El crecimiento de la economía mundial en 2020 podría ser similar al de 2019, si bien posiblemente con un reparto más equilibrado: es probable que veamos una menor aportación de la economía estadounidense, así como mejoras en las economías emergentes, especialmente de América Latina y de la Europa emergente. En las economías avanzadas, la eurozona debería mantener un crecimiento similar al 1% previsto para 2019, mientras que es probable que EEUU pierda algo de su actual dinamismo al haberse disipado ya el efecto de la expansión fiscal y estar el ciclo económico muy maduro.

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